En un eterno engranaje donde todo se echa a andar, no hay un fin, ni pretensión de decir cosas trascendentes. No existe la revelación vomitada. Todo vuelve al mismo lugar y nada acaba. Se repite el círculo inevitable de un devenir. Y una libertad intolerable se impregna en el ambiente y se abisma sin pausa. Y con ella, se abre una vez más el pasaje hacia la oscuridad...
Cabaret La Rosadita ¡Los espera!